Ayer se cortó el cordón inaugural del ciclo con el recital de Ene Coffman, Ojopiano y Vilaplana. Se empezó tarde, pero se empezó. Hubo que echar una pequeña bronca al público por su impuntualidad, pero el público es como una madre: o no. A partir de ahora comenzaremos los recitales puntuales según el reloj de nuestra cocina.
A pesar de beber el poema licuado de Vilaplana en el primer acto, el público continuó presente en el segundo. Con huevos, flores y los NOES arrasantes.
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